Es una calle de propiedad privada, está situada en el barrio de Dalt
de la Vila, entre la plaza de la Medicina y las calles Lladó y Sant
Felip i de Rosés.
Allí podemos encontrar 16 casas adosadas
construidas en 1830 para los jornaleros de la masía de Can Pujol.
Actualmente protegidas como Bien Cultural de Interés Local.
Las casas, aunque
son iguales por fuera, el interior se ha ido trasformando a lo largo
del tiempo, en sus fachadas quedan los restos de los esgrafiados que
hubo en su tiempo, así como un reloj de sol.
Hasta el año 1976 solo se podía acceder por la calle Lladó.
En medio de la calle hay un lavadero y una fuente, propiedad de la casa número 9, donde antiguamente se llenaba con agua de la mina y los vecinos usaban para sus casas.
Cuando acabó la Guerra Civil los vecinos utilizaron la explanada que tenían delante y las convirtieron en huertos que les ayudó a pasar las deficiencias de la postguerra.
En 1976 se abrió la calle al tráfico desde la plaza de la Medicina a la calle Lladó, un acuerdo entre los vecinos y el ayuntamiento hizo desaparecer los huertos.
En 1973 se descubrió que bajo las casas había un conducto de agua romano del siglo I que fue utilizado por el emperador Tiberio (14-37 dC) para llevar agua de las minas de la Sierra de Marina hasta la ciudad de Baetulo, está museizado y gestionado por el Museu.
Fuente:
Libro “Dalt de la Vila Badalona” de Jaume Suñol i Sampere.
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