Hacia el mediodía empezó
a desarrollarse en esta zona un temporal de agua y viento, haciéndose éste más
violento a medida que avanzaba la tarde.
Como el día había
amanecido con buen tiempo, salieron como de ordinario a sus faenas casi todas
las barcas pesqueras de los puertos de la costa, sorprendiéndolas por la tarde
el brusco cambio del estado atmosférico.
Hacia las cuatro de
la tarde el temporal se hizo imponente, soplando fortísimas rachas de viento
del E. y del N.E., que ocasionó muchos naufragios de las barcas que no tuvieron
tiempo de refugiarse en sitio seguro de la costa.
Varias de las barcas de
las matrículas de Vilasar, Badalona y Mataró, que pescaban sardina en aguas de
Barcelona, consiguieron refugiarse en este puerto, pero otras, no pudiendo
hacerlo, pidieron auxilio, lo cual fue visto por el vigía de Montjuic, que
inspeccionaba minuciosamente el horizonte, comunicándolo a la corporación de
prácticos.
Estos, al tener noticia
del peligro que corrían dichas embarcaciones, dispusieron salieran en su busca
los remolcadores Cataluña y Montserrat, lo cual hicieron éstos prontamente,
recorriendo la costa, encontrando a 5 de dichas barcas, que pescaban sardina,
remolcándolas a este puerto.
Vanguardia 1-2-1911
La explicación del
servicio Meteorológico de Catalunya un siglo después:
“Después de diversos días seguidos de bonanza,
el día 31 de enero de 1911 se levantó de nuevo con el mar calmado y el cielo
entre sereno y un poco nuboso, por lo que los pescadores salieron como cada día
a faenar. A media mañana, sin embargo, una masa de nubes muy compacta comenzó a
meterse desde levante hacia poniente e hizo encender las luces de alarma, pero
la velocidad a la que el frente se desplazaba era demasiado rápida para que las
barcas que se encontraban mar adentro pudieran regresar a la costa. El viento
comenzó a soplar muy fuerte, primero de ‘gregal’ y después de levante y
‘xaloc’, el mar se embraveció rápidamente y, según las crónicas de la época,
las olas superaron los 8
metros de altura en el puerto de Barcelona(…). Las
rachas de viento alcanzaron los 80
km por hora”.
Al día siguiente se
comenzó una campaña benéfica para recoger fondos, incluso se recibió ayuda del
extranjero, hay que tener en cuenta que en aquella época la muerte del cabeza
de familia dejaba en una situación difícil a la viuda, y en algunos casos
habían desaparecido familias enteras en el temporal. Con este objetivo se editó
una postal recordatorio de la “Nit terrible” con una pequeña estrofa que explicaba
el desastre vivido,
De fills de les nostres platges
¡ho mar, bé te n'has dragat!
En les lluites de la pàtria
tu també en vols prendre part.
Según la Vanguardia el total de
muertos en Catalunya fué 83.
Los pescadores de
Badalona fueron 11:
Joan
Grau Canals,
Francesc
Vidal Giralt,
Pasqual
i Joan Blanch Barbosa,
Joaquim
Camps Vidal,
Salvador
Fonollà Giralt,
Pere
Grau Vidal,
Andreu
Grau Olivé,
Francesc
Teixidó Teixidó,
Gaspar
Teixidó Ventura i
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